sábado, 15 de agosto de 2009

UN CORTO ADIOS

SOBRE POETAS I

Laura Warrell


Vi tu pelo rizado, bien crecido
asomando detrás de aquella mesa
y tus manos asiendo con sorpresa
el libro de un Javier enardecido.

Viendo tus labios, Laura, he creído
tropezar con el cielo, la pavesa
que encendiera, de nuevo, una promesa
de vivir, porque hasta ellos no he vivido.

He notado el calor de tu mejilla,
en tus ojos risueños, esa brasa
y el olor de tu cuerpo prometido.

Ya llega la terrible pesadilla.
En la tarde el silencio me traspasa.
Un beso. Un corto adiós... y ya te has ido.

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