Un pellizco de luz iridiscente,
En su playa otros dos de arena fina,
mil cien gramos de sol que la calcina
y otros tantos de ingenio de su gente.
Mil gramos de fervor adolescente
a la Virgen de barca nacarina
y otros tantos de vida submarina.
De noche, mil de luna y mil de ambiente.
Rociemos varios litros de alegría,
personas de otras tierras, dos montones
y un fandango de bella melodía.
Hacemos que la bañe una bahía.
Detengamos el tiempo en sus portones
y nos dirá su nombre: ALMERÍA
sábado, 15 de agosto de 2009
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