A Helena S.S.
Tus ojos, sueño negro inmarcesible.
Tu boca roja en risas desbocada.
Celosa tu nariz acelerada
y rosa tu mejilla inaccesible.
En tu labio prendido un imperdible.
Tu oreja de pendiente decorada.
Cuando frunces el ceño, descocada
... pero siempre en tu mundo irreductible.
“Soy futuro” me digo mientras pienso
en dictarte de amor esa que fuera
la palabra abridora de tu mente...
mas no sale la voz, me quedo tenso
pensando ante la fruta de esta higuera:
“Están verdes, ¡Que sí!, seguramente...”
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